El dinero puede aportar todo tipo de emociones. Alegría cuando se obsequia algo especial. Confianza cuando alcanza una meta de ahorro. También es común un poco de ansiedad; de hecho, el 90% de las personas afirma que sus finanzas pueden afectar sus niveles de estrés.1
Todas estas emociones que genera el dinero son totalmente normales, incluso el miedo.
"No existen las emociones malas", comenta la experta en felicidad de Truist, Bright Dickson. "Lo importante es lo que uno responde a la emoción".
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Evite que el miedo nuble su juicio
El miedo es la respuesta del cerebro frente al peligro, una reacción innata que puede ayudarle a mantenerse a salvo de amenazas percibidas.2 Sin embargo, el miedo también puede hacer que imagine lo peor; escenarios que es muy poco probable que se presenten y preocupación por cosas que usted no puede controlar, como la inflación o una recesión, afirma Dickson.
Las ciencias del comportamiento nos enseñan que nuestros cerebros están predispuestos a la información negativa, afirma Brian Ford, director de bienestar financiero de Truist. Esta inclinación por la negatividad puede llevarlo a sentir un "miedo generalizado" que no contemple su situación específica.
A veces, escuchar ese miedo puede hacer que tome malas decisiones con respecto al dinero. "El miedo puede nublar su juicio y hacer que actúe impulsivamente", agrega Ford. Por ejemplo, las desaceleraciones en el mercado a corto plazo muchas veces pueden asustar a los inversionistas y hacer que vendan en el momento equivocado. "La gente se asusta y quiere vender sus inversiones o directamente dejar de invertir, pero esto puede llevar a consecuencias negativas".
De igual manera, Ford afirma que el "miedo a perder" en un mercado en auge puede llevar a los inversionistas a tomar decisiones apresuradas y realizar inversiones especulativas. Con respecto a las inversiones, es importante pensar a largo plazo y mantenerse encaminado sin hacer movimientos irracionales a corto plazo en base a sensaciones de miedo, ya sea miedo a perder en una "acción meme" o miedo a una caída del mercado, señala Ford.
¿Sin embargo, existe algún momento en el que un poco de miedo sea algo positivo? En principio, sí.
De qué manera el miedo puede significar un motivador positivo con respecto al dinero
La clave es saber cómo pasar a la acción a pesar de su miedo.
"Se trata de enfrentar la verdad sobre su situación financiera personal", afirma Ford. "Si se da cuenta de que no se encuentra donde debería y nota un poco de temor, es normal. Debe utilizar eso para ayudarle a controlar las cosas que sí puede".
Si un socio financiero le comenta que usted no tiene suficientes ahorros de emergencia, ¿se preocuparía? Quizás, pero esa preocupación puede llevarlo a la acción y comenzar a aportar más dinero en una cuenta de ahorros para emergencias. Cuando se pasa a la acción, empieza a desaparecer el miedo a su influencia.
Como ayuda para convertir las sensaciones de miedo en acciones positivas, tenga en cuenta estos tres consejos:
- Identifique de dónde proviene. Ser específico con respecto al origen de su temor puede ayudarle a decidir el procedimiento. ¿Es algo que está fuera de su control, como el mercado de valores? ¿O es algo específico que sí puede controlar, como una factura vencida o la ausencia de un plan de pago de deuda?
- Elabore un plan de acción. Póngase en acción para hacer la diferencia y busque maneras de controlar lo que pueda. Esto podría significar establecer sus metas por escrito, elaborar un presupuesto, hablar con un asesor financiero, ponerse de acuerdo con su pareja, ahorrar más para la jubilación o comenzar hábitos a largo plazo que deberían ayudarle a sentir más confianza y control.
- Reconozca las cosas positivas. Si el miedo es la emoción dominante, saque provecho de las positivas, como orgullo por lo que logrado antes o esperanza por lo que hará en el futuro. "Echar luz sobre las cosas buenas que ha hecho en el pasado y darse un poco de crédito por su progreso en cuanto a los asuntos financieros puede ser una excelente forma de ganar impulso", agrega Ford.
Desarrolle su coraje financiero
Una vez que reconozca su miedo y se tome el tiempo para identificar aquello que lo está provocando, puede dar los pasos necesarios para descubrir la respuesta adecuada. Puede ser una manera útil de elaborar un plan de acción para un desafío financiero específico.
Tenga en cuenta, no obstante, que emociones como la confianza y la esperanza pueden ser aún más poderosas que el miedo cuando uno busca motivación. Recuerde lo que puede hacer cuando pone la mente en eso y luego hágalo.
"Si aún no se ha encaminado para la jubilación, reúnase con un planificador financiero y comience a participar en su 401(k)", sugiere Ford. "Si tiene una deuda, comience a ocuparse de eso. Dé ese paso en la dirección correcta. Enfrente ese miedo sin rodeos".